Me llena de tristeza tener que tomar este tema en mis manos pero en verdad lo considero el deber de toda persona que busque cuando menos un poco de congruencia.
El acoso sexual es una espantosa realidad en las instituciones de gobierno. La cultura machista imperante no acaba de entender que no es válido tratar de justificar conductas lesivas de la dignidad de las mujeres con base en cerrar los ojos ante tan abrumadora realidad o a fuerza de buscar explicaciones lógicas donde no las hay.
La falta de cohesión social ha derivado en una terrible indolencia ante hechos como estos en los que las víctimas se ven compelidas a ceder con el objeto de conservar el trabajo, llevar comida a la mesa y "no tener problemas" en casa entre otros muchos motivos.
Por virtud de mi trabajo tengo la enorme fortuna de poder ofrecer mi ayuda a personas que a veces se encuentran en tan difícil posición. Lo frustrante muchas veces es que los agresores logran tal grado de sometimiento que la víctima se llega a sentir eventualmente culpable y peor aún, anulada en su desempeño laboral y en su personalidad.
Dramático es que al interrogar a testigos y personas que podrían con su testimonio ayudar a detener este tipo de actos, se topa uno con intentos burdos de explicar racionalmente desviaciones de conducta que bien pensadas, deberíamos rechazar en todas sus formas de un modo categórico. Es quizá más preocupante, que en muchos casos, son las propias mujeres las que en lugar de cerrar filas al menos por identidad de género, generan explicaciones y construcciones mentales para dar sentido a lo que les ocurre.
Y es que cualquier mujer podría ser nuestra hermana, madre, novia, esposa o hija. Esperaremos hasta conjugar el verbo en presente y respecto de alguien que si tenga tal relación con nosotros? Me parece una apuesta muy costosa el jugar en tal ruleta.
El daño al tejido social y los estragos en la convivencia trastocan vidas. Vidas que son nuestra responsabilidad proteger si es que esperamos algún día acceder a una verdadera equidad en la que abreven nuestros hijos.
Un espacio para la reflexión social plural, para el ejercicio de la tolerancia y el diálogo. "There are no countries, there are only people."
octubre 28, 2011
octubre 27, 2011
Repliegue
Tu recuerdo se había instalado en el rincón más ávido de mi locura.
Deseoso de tomarme por sorpresa, furtivamente, para lanzarse sobre mi y revolcarme. Para acabar frente a frente y arrancarme miles de besos.
El problema fue que cuando mi locura quiso comerte y envolverte por fin para estar juntos, te empezaste a replegar.
Deseoso de tomarme por sorpresa, furtivamente, para lanzarse sobre mi y revolcarme. Para acabar frente a frente y arrancarme miles de besos.
El problema fue que cuando mi locura quiso comerte y envolverte por fin para estar juntos, te empezaste a replegar.
octubre 26, 2011
Jamás
Si tuviera la inmensa suerte de ser el ladrón de sus noches renunciaría a la eternidad.
Si el dolor de verla sin comerla y desayunarla y cenarla no fuera como una opresión en el lado izquierdo de su pecho quizá seria más sencillo arrastrar su vida por las callejuelas apenas alumbradas de su mente.
Si no se hubiera ido, el sol no se pondría. Jamás.
Si el dolor de verla sin comerla y desayunarla y cenarla no fuera como una opresión en el lado izquierdo de su pecho quizá seria más sencillo arrastrar su vida por las callejuelas apenas alumbradas de su mente.
Si no se hubiera ido, el sol no se pondría. Jamás.
octubre 25, 2011
Partir
Tras volar a tu lado me he vuelto más vulnerable. He entregado quizá cosas que no sabía siquiera que tenía. Me voy.
Y quizá es que te conozco como tú a mí. Mis olores y mis pasiones, como yo adivino las tuyas antes de que las digas siquiera.
Y es que la luz de tus ojos es faro para el marino errante dentro de mí. Hoy vuelvo a la pelea tras recordar tu cara sobre mi pecho. Tu voz partiendo la madrugada en dos.
Partir no es fácil así.
Y quizá es que te conozco como tú a mí. Mis olores y mis pasiones, como yo adivino las tuyas antes de que las digas siquiera.
Y es que la luz de tus ojos es faro para el marino errante dentro de mí. Hoy vuelvo a la pelea tras recordar tu cara sobre mi pecho. Tu voz partiendo la madrugada en dos.
Partir no es fácil así.
octubre 24, 2011
Un poco más
No es fácil cargar con la noche a cuestas. No cuando tus palabras se mueren sin escucha. Tu cuerpo sin sus brazos. Tus ojos sin la protección piadosa de los suyos posados sobre ti en madrugada con olor a ella...
Cada vez es más pesado morir cada día.
Y es que hay noches que dejan atrás girones de su manto que se acomodan con crueldad y van apagando sus ojos.
El negro devora al verde y nadie lo ve...
Los pasos cada vez más cercanos y la angustia, se confunden en su cabeza con las voces que no dejan de gritar. "Acá acaba todo. No hay más."
La alarma. Levantarse sin realmente despertar. Una ducha en el más absoluto silencio. No sólo escurre el agua.
Ropa? Cualquier disfraz de normalidad de los que hay en el ropero pues hay que "vivir" un poco más.
Cada vez es más pesado morir cada día.
Y es que hay noches que dejan atrás girones de su manto que se acomodan con crueldad y van apagando sus ojos.
El negro devora al verde y nadie lo ve...
Los pasos cada vez más cercanos y la angustia, se confunden en su cabeza con las voces que no dejan de gritar. "Acá acaba todo. No hay más."
La alarma. Levantarse sin realmente despertar. Una ducha en el más absoluto silencio. No sólo escurre el agua.
Ropa? Cualquier disfraz de normalidad de los que hay en el ropero pues hay que "vivir" un poco más.
octubre 19, 2011
El fondo de tus ojos...
Hay un punto en el que no me encuentro a pesar de ver con profundo detenimiento el fondo de tus ojos.
Y quizá es la duda del tiempo no compartido en cuya validez el cielo se revuelve y me confunde. Cielo en el que me persiguen almas que no son tales sino tu imagen en una mañana en la que decidiste ser mía.
Por tí.
Y ¿ahora? ¿qué soy? Una imagen borrosa dentro de la memoria de una niña que no duerme si no escucha canciones que sólo son nuestras. Nuestras. De nadie más.
Y las nubes se tienden sobre mi tiempo, sobre mi alma, sobre mi partida... Me voy.
Y quizá es la duda del tiempo no compartido en cuya validez el cielo se revuelve y me confunde. Cielo en el que me persiguen almas que no son tales sino tu imagen en una mañana en la que decidiste ser mía.
Por tí.
Y ¿ahora? ¿qué soy? Una imagen borrosa dentro de la memoria de una niña que no duerme si no escucha canciones que sólo son nuestras. Nuestras. De nadie más.
Y las nubes se tienden sobre mi tiempo, sobre mi alma, sobre mi partida... Me voy.
Ausencia
Tomaste mi alma sin aviso. Y no es queja sino que no me has dado el tiempo de morderte también. De arrancar un trozo de ti y saborearlo entre estos dientes que se afilan de sólo verte caminar, piernas largas que describen en silencio y a la perfección mi pérdida de cordura.
Tomaste la mitad de mi cielo y lo borraste para en su lugar dejar un sol nublado por tu ausencia. La misma que me mata paso a paso. La misma que no me ha dado tregua desde tu partida. Desde aquella madrugada en que la verdad me mordió como nunca lo había hecho.
Y es que el mundo no es tal si le faltas, si debe conformarse con tu ausencia...
Tomaste la mitad de mi cielo y lo borraste para en su lugar dejar un sol nublado por tu ausencia. La misma que me mata paso a paso. La misma que no me ha dado tregua desde tu partida. Desde aquella madrugada en que la verdad me mordió como nunca lo había hecho.
Y es que el mundo no es tal si le faltas, si debe conformarse con tu ausencia...
octubre 17, 2011
Nota
"No cabe duda que el tiempo no pasa en balde." - pensó mientras se frotaba las manos doloridas hasta los huesos por el frío. Las piedras sobre la calle y esas construcciones que la flanqueaban le trajeron viejos tiempos a la cabeza. Imaginó incluso los cascos de los caballos y el crujir de las ruedas de carreta irrumpiendo entre el cantar de las aves y las primeras luces del día. Imaginó cómo habría sido.
Sin embargo, a su lado, oscuridad. No había luces, aves o carretas. Volteó hacia ambos lados de aquella calle. La visión era prácticamente la misma. El eco de sus pensamientos era su única compañía, así como el sonido de la hojarasca húmeda bajos sus pies helados a pesar de que traía puestos los más gruesos calcetines. Apresuró el paso un tanto angustiado de tan absoluto silencio.
Sacó el papel arrugado de la bolsa lateral del abrigo. "¡Carajo!"- Llovizna y luna nueva. Los faroles estaban todos apagados y aunque recordaba que el número acababa en uno no podía recordar los primeros dos, y aquella oscuridad y las marcas del papel no permitirían leer con claridad nada.
Volteba en su andar desesperado a ambas aceras tratando de reconocer la fachada ...
¡Ahí estaba! Cruzó la calle, el viejo hule sobre la banqueta la había delatado ante sus ojos. Tocó desesperado con manos y pies. Estaba exhausto...
Abrió la puerta tras haberse puesto algo encima para soportar el camino de la cama al portón.
Se congeló al verse de frente y tener que sostenerse para no caer al entrar. Pero sobre todo, al verse con ese papel en la mano.
octubre 04, 2011
Octubre
En cualquier noche era sencillo confundir sus ojos con estrellas, ... usarlas de guía.
Y es que la negrura de la soledad es mortal en su martirio. Apaga la humanidad en el rostro de un hombre sin faro.
Sonrisa que aparece tras una puerta con el destello de la luna de octubre, un abrazo, un beso ...
Hacer la noche tejiendo y destejiendo la piel y el olor de su cabello que dibuja ríos entre mis manos, ... océanos en mi mente...
Palabras de almas, ... de historias por escribir en la humedad de sus cuerpos, con trazos de manos que se confunden en el otro y lo recorren tratando de perderse. De voces que no dejan de gritar deseo. De voces que no dejan de cantar su nombre.
Esa noche era imposible no confundir sus ojos con estrellas.
Y es que la negrura de la soledad es mortal en su martirio. Apaga la humanidad en el rostro de un hombre sin faro.
Sonrisa que aparece tras una puerta con el destello de la luna de octubre, un abrazo, un beso ...
Hacer la noche tejiendo y destejiendo la piel y el olor de su cabello que dibuja ríos entre mis manos, ... océanos en mi mente...
Palabras de almas, ... de historias por escribir en la humedad de sus cuerpos, con trazos de manos que se confunden en el otro y lo recorren tratando de perderse. De voces que no dejan de gritar deseo. De voces que no dejan de cantar su nombre.
Esa noche era imposible no confundir sus ojos con estrellas.
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