Quizá... Quizá haya sido que ver todos mis amaneceres juntos en el fondo de tus ojos cada que me veías, me haya hecho pensar que el sol no se pondría jamás.
Puede ser que haya sido esa sombra que forma la vida tuya al fundirse con la mía la que me dio un cobijo, un instante de certeza en la marejada de mi mente.
Voz que acalló el rugir de ayeres convertidos en angustiosos presentes. Que dio forma a futuros moldeados entre tus piernas y la humedad de la mañana en que amaneciste a mi lado por primera vez.
Quizá...
Esas huellas en la arena me persiguen. Y es que el embrujo de tus ojos no cede espacio a la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario