abril 12, 2020

Resurrección


Y es claro, que no soy santo, pero igualmente claro es, que estoy lo más lejos de ser divino.

Sólo busco el consuelo del amor que aunque no lo entienda del todo y sin duda, es trino. Porque no hay amor que no emane de Dios y de un poder divino.

Y es claro que he fallado, porque humano soy y de ello llevo la marca, en mi andar, en mis dedos egoístas y en la banalidad. En mis actos banales y en mi desesperado  andar por la vida sin rumbo a pesar de quererlo andar.

Y también es cierto que no soy el mejor de los hombres, el mejor de los hijos, la mejor pareja o el mejor de los padres.

Pero como no soy nada de eso, busco y hurgo y vuelvo a hurgar. Y espero perovuelvo a hurgar en mi alma y en mi centro,  Y más importante que eso, hoy sé que me faltaba hacerte y reconocer que SIEMPRE has estado adentro.

Del niño que pensé muerto, del dolor que creí sepultado, porque no hay cielo que pueda a veces, cubrir ese manto.

Pero Dios me cuida, y Dios me guía.

Pero sin tu sonrisa, mujer divina, es como si nada existiera como si le luna jamás saliera y como si Él no estuviera.






No hay comentarios:

Publicar un comentario