Beber del veneno de sus labios había sido el más delicioso error jamás cometido.
No recordaba ahora mucho del camino que le llevó hasta ahí. La sensación de perdición se mezclaba con la serenidad de un reencuentro. El que se daba consigo a través de recorrer su piel a palmos y esperar incluso, que avanzara por delante para respirar con avidez la estela de su aroma, ... en silencio.
Nunca le fue sencillo recobrar la cordura tras ver cómo la noche no era capaz de alcanzarla ...
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