junio 23, 2012

Firmas

Tomó un par de grandes ilusiones para después salir a la plaza principal de su vida y hacerla temblar.

Las puso en el fondo de sus ojos como parte del embrujo por virtud del cual, al caminar, el mundo y su corazón se detenían.

Afuera, el viento no se atrevía siquiera a soplar...

Al verlos, le era imposible no encontrar en el fondo del arcoiris aquello que siempre pensó suyo y hoy veía que nacía de ella con cierto misticismo.

No podía sino seguirla...

Entre las sábanas, los ecos de noches compartidas se confunden con el ardor presente y el futuro.

"No te marches nunca. Firma mi cuerpo una vez más..."


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