noviembre 15, 2011

Nuevo Credo

Creo en el Hombre y en su gran esfuerzo. Limitado en poder pero no en anhelos o voluntad,
creador de sueños que antes se pensaban imposibles y forjador de muchos más que habremos de presenciar. Creo en el Hombre porque lo he visto caer, levantarse y andar. Porque hay más belleza en una mano que ayuda que en mil plegarias en igual número de templos.

Creo en el hijo del Hombre nacido de la Mujer con la única mística del amor. Creo en la conciencia que le haya de guiar como lo ha hecho por tantos siglos con sus padres, con aciertos y tropiezos pero suyos y de nadie más. Con tragedias pero grandes glorias, con llanto pero con la inmensa alegría de saberse vivo aquí y ahora. Creo en su autocrucifixión pero también en su capacidad de redimirse en y por sus actos, en lo más hermoso, en lo humano.

Creo que tras la muerte todo acaba pero creo más en la historia que escribimos cada día, con cada palabra, con cada mirada, paso a paso. Y confío en que algún día, algún Hombre la contará.



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