Y es que estar lejos hace daño sin duda. Hablar de tí atropellándome al hacerlo y llevarme tu nombre a la cabeza a cada segundo es una costumbre que poco a poco me hace cuestionar mi cordura. Las bocanadas de aire cada vez son más breves. Como pez sobre cubierta...
Tomar tus caderas y alzarte para colocarte sobre mí...
El deseo de hacerte mía a cada instante es lo único que llena el frasco de mi paciencia y me permite guardar algo de paz mientras espero el momento final.
Tomar tus caderas y alzarte para colocarte sobre mí..., es en realidad colocarme entre tus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario