mayo 17, 2010

Te encontré.

En cada amanecer que te evoca en su calma.
En cada beso, abrazo, que la luna daba a mi alma.
En la sonrisa eterna de cada niño, de cada anciano, de cada amigo.
Lo hice entre la humedad de unas sábanas que te desean casi tanto como yo.
Ahí, recostada, haciéndoles sentir que son eternas, como por tí lo soy yo.
En la esperanza que da cada día.
En el suspiro de quien espera …
En la mano que se tiende.
En el llanto que se llueve.
En la vida que sin ti me agota.

En cada uno de mis días.
En cada uno de mis pasos.
En cada uno de los momentos en que te pensé sin saber que si existías.
Te vi cernida sobre mi como la luz por las persianas.
Como el aire que da vida.
Como el universo que no acaba.

The man behind the mirror.

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