agosto 23, 2012

Mordidas



Entre los labios de la noche se dibujó tu sonrisa, inconfundible por los destellos de universo que se ocultan tras el caleidoscopio y se atreven a asomar su rostro si hago el esfuerzo por sacarlos, por hacerlos míos, con sudores que abonan a una humedad ya compartida, surgida...

Entre los brazos de la noche decidí ocultarte para jamás compartirte, para tenerte siempre mía, como desde siempre fue, como desde siempre ha debido ser y ... será.

Entre las piernas de una mujer me he perdido, entre sus muslos y caricias, entre el inmenso continente que se traza desde la base de su cuello hasta el nacimiento voluptuoso de sus nalgas que me muerde y siempre me ha mordido el alma, ...

Y hoy, caminando peligrosamente sobre la cuerda que se tiende entre el infierno y el paraíso sigo prefiriendo arder por siempre pero,... tras morderte una vez más.


agosto 20, 2012

Silencio


Y disculpa si no puedo pretender que no me importa.

Es tan sólo que el silencio me acaba por la idiota costumbre que el encierro me dejó más allá de no poder comer en la penumbra.

Porque estoy acostumbrado a conectar con poca gente si lo hago.

Pero en tus ojos y lo sabes, he encontrado cómo desenmarañar mi vida enredándome entre tus brazos. A pesar de mi eterno mirar y observar. A pesar de mi apariencia de dolor. A pesar del pesar que cargo.

Aire. Espacio. Lo dijiste.

Eres libre. Corre. Vuela como me enseñaste a mi.

Sólo no me regreses a ese maldito silencio.



agosto 12, 2012

Verdad de papel


Tenía que aprender a acallar su mente justo en el momento en el que su boca deseara desencerrar los recuerdos contenidos en sus lágrimas.

Tenía que aprender a arrancarse el corazón para no sentir. Para no pensar siquiera en sentir.

Tenía que aprender a callar lo que sentía.

El problema en el fondo, era que la verdad hecha de papel como siempre, había sido apretada entre sus manos y las arrugas se notaban aún en la blancura.



agosto 06, 2012

Breve historia de otro anónimo

Iba completamente exhausto.

La jornada había sido larga y el tráfico estaba por variar imposible a pesar de la infinidad de maniobras que, el adolescente chofer del pesero, hacía para avanzar más rápido que sus compañeros de ruta y así, ganarles el pasaje.

Llevaba despierto desde las tres de la mañana. El camino a la mina era largo y el transbordar dos veces era complicado con tanta gente en movimiento tan temprano.

Además, Don José lo había apoyado en los dos últimos meses permitiéndole doblar turnos en algunas ocasiones y en otras, suplir las ausencias de Pedro el de la tolva. Por eso, siempre era el primero en la reja a las cinco en punto. No podía fallarle a su patrón.

Desde la llegada del niño hace ocho meses se las habían visto muy duras. Sobre todo, porque él había tenido que salir del torno en que trabajaba porque a su patrón lo había embargado el banco por dinero que si bien debía, no podía pagar por la situación económica y la enfermedad en que cayó su esposa.

Para no despegarse del niño, ella ayudaba a lavar y planchar ajeno a Doña Luisita, la viejecita que ya no podía ni con su alma pero diligentemente recorría de modo semanal las calles que desde niña conocía para que las entonces niñas y hoy señoras de la casa, le dieran las docenas de ropa que debía dejar límpida y devolver planchada. La ropa tendida semejaba blancos espectros que imploraban con los brazos tendidos apuntando al cielo en aquellas horas en que ellos ya no podían.

Su sonrisa resaltaba entre los rostros adustos y secos del pesero. Don José le había prometido que la próxima semana podría suplir a Pedro dos días. El dinero lo usaría para...

En el primer transbordo se tomó veinte minutos para comprar no una sino dos latas de leche para el niño, dos bolillos, dos banderillas y una concha de chocolate para que ella se tomara su café.

Un crucero. Alto. La bolsa de papel en su mano con el pan golpeó contra una de las personas que se recorrió hacia atrás del microbús. Dos muchachos. Intuición...

- Nadie se mueva o se los lleva la chin...!!!

La puerta trasera del microbús estaba abierta. A dos cuadras de su ultimo transbordo estos tarados no iban a impedir que llegara a casa...

Nunca vio a un tercer muchacho que había entrado por donde pretendía salir. - A dónde?!!

Esa sensación caliente y helada le empezó a llenar el vientre. La puñalada había tocado varios órganos.

Cayó. Rodó fuera del pesero. Alcanzó todavía a sentir una mano que le despojó de su cartera y escuchó las latas de leche caer y rodar.

La vida. Ella. Su niño...

- Ya mi niño. No llores vida mía. Ya viene tu papi. Se que tienes hambre pero duérmete un ratito y verás que se te olvida.



agosto 04, 2012

De ti.

El germinal deseo de empezar, de cero. Como quien ha vuelto a tocar la tierra.

Como quien descubre... Un beso. La sonrisa de un niño. Una mañana de Navidad...

La magia de abrir los ojos cada día y valorarla. Percatarse de que sigues aquí. De que no se ha ido el sol para tus ojos. Quizá tan sólo por ese día.

Por un momento, un segundo, un instante que permanecerá en el tiempo pero en el mismo morirá. Se congelará.

Permanecerá... Entre cuatro pupilas...

Entre cuatro brazos y sábanas cuyas voces son las nuestras. Para siempre jamás.

Entre secretos a gritos entre ambos, como silencios que para los dos son valores entendidos, como caricias que no alcanzan a saciarse en nuestra piel tan sólo porque se trata de ti.

Imágenes que se suceden trepidantes y me colman desde adentro si te tengo.

Y que me torturan de a poco si no estás.

Tan sólo porque se trata de ti.