mayo 25, 2012

Sospechas


Y es que el peso del cansancio no era suficiente para hacerle querer caer sin abrazarla una vez más.

Sin recorrer su recuerdo y dibujarlo con un dedo en el aire...

Una vez más.

Y es que en la vigilia, la consciencia de su inconsciencia no dejaba de hacerle sonreír.

De mojarle, de cubrirle y quemarlo.

Cuántas veces le ha besado ya, aunque ella, ni siquiera lo sospeche ...




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