Cruzó frente a mí pisando suavemente la hojarasca,
se plantó de cara a mi razón y la arrancó de tajo con su
andar altanero,
hizo con ella lo que quiso y después, la
hizo girones,
... casi presumiendo ser dueña de mi imaginación o quizá siéndolo.
Desnuda, se acercó y se reclinó para besarme,
para sentenciarme a sucumbir,
hermosa mujer que petrifica, que hace... temblar,
como nunca antes, o después, … jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario