Envuelta entre tu rostro, tu sonrisa para mí. Mil caricias empapadas en ternura y en deseo, como antes, como siempre, como nunca,...
Que con una mano me midas la frente para comprobar que sigo siendo tuyo, que bajes la mano y tapando los ojos me des un beso..., que me susurres al oído que todo estará bien, que has vuelto.
Tu olor entre mis ropas y tú, cubierta con un sueter mío en aquél sofá, sosteniendo un café mientras iluminas mucho más que un árbol y una noche.
Volvería a creer en todo, como un niño. Quizá renacería.
Tu cabello en mi almohada. Tus palabras en mi oído cada noche, tu reflejo en el espejo mientras observo tu espalda caer y arrastrar con ella mi razón.
La certeza de que no te irás o cuando menos, la dulce incertidumbre del volado que sería morirme a cada día intentando enamorarte un poco más.
Tu retorno y envuelta entre tu rostro, tu sonrisa sólo para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario