Entre mordidas, mordaces y bravatas continúa el camino al 2012. Nadie pierde la más mínima oportunidad de echarle en cara al otro lo que él "haría mejor" sin decir cómo, se habla duramente de inconsistencias ideológicas entre los que pretenden unirse mientras en casa se convive y planea el futuro con la lidereza que tiempo atrás fue puesta en el exilio del terruño partidario. Con lenguaje excesivo se habla del aplastado y no del contrincante, sutilezas que quizá no lo son tanto al revelar el ansia y sed de poder que en diez años se ha acumulado en las filas de los tricolores que multados como lo fueron por el IFE tras el famoso Pemexgate y al haber salido de los Pinos, resintieron una baja en el flujo de recursos que les obligó a reducir sus obesas estructuras. Hoy, les urge regresar porque lo quieren todo. El patrimonialismo en el ejercicio del servicio público es un virus contra el que no hemos logrado avanzar mucho por desgracia.
Surge un escándalo de corrupción en el Estado de México y se justifica diciendo que no es una práctica privativa de dicha entidad y además, se exigen pruebas. Es el colmo. Una vez más, pretenden tratar a la sociedad como un atado de incapaces. Nadie asume su responsabilidad. Hoy se justifica esto, mañana seguramente pactar con el narco porque nos dirán que así "se conseguirá la paz."
Discursos vacíos de gente aislada de la realidad, esa que corta y lastima día con día, esa que fue tolerada y hasta alentada por acción u omisión durante largas décadas de príismo. Realidad cruel generada por complicidad. Complicidad que creen ignorada por los votantes que en su opinión les darán el triunfo. ¿No es eso acaso una forma de fraude? Me refiero a obtener un beneficio derivado de la ignorancia o el error del otro, en el caso concreto, obviar el tema o pasar la página para que los jóvenes conozcan al nuevo PRI que no es sino el viejo PRI pero recargado de resentimiento y posiblemente de deudas de todo tipo.
Habremos de estar todos corresponsablemente vigilantes de las fuentes de financiamiento de un partido que no va a reparar en nada para regresar a la Presidencia de la República, "saben cómo hacerlo" y lo harán sin duda. No hacerlo podría ser muy caro.
En el camino acumularán más deudas de todo tipo y ello lo sabemos, el problema es que cuando ello ocurre las solemos pagar con muy altos intereses y en mil y un formas todos los mexicanos. Ya hemos estado ahí.
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