mayo 07, 2019

Al morir un cuentista




Para Arreola, Rulfo y Bradbury que desde niño me han hecho soñar y sentir. Gracias.


Al morir un cuentista muere una visión del mundo, muere un observador que es lo que nos falta en este siglo, muere alguien que aún es capaz de alejarse del monitor, grande o pequeño para ver, para escudriñar en el humano, en lo humano, ...

Al morir un cuentista se pierde el mundo de alguien que al igual que todos tiene las mismas preguntas en el fondo, pero las enfoca de diverso modo, al morir un cuentista muere un trozo de la imaginación humana, la posibilidad de viajar y montar dragones, muere el deseo de la aventura, la búsqueda de la misma,...

Orzowei, No oyes ladrar los perros, y otros tantos me sobresaltaron, me angustiaron, me hicieron reír, palpitar y hasta sudar, ...

Al morir un cuentista muere el druida, el ogro, pero también muere el rito indígena de bodas del que hablaba Arreola, muere el sobrecogimiento que es sentimiento, tras el suspenso de una noche con Ray.

Al perder a un cuentista, perdemos todos la introspección y un poco de esa tan escasa pero tan necesaria locura.




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