Mucha gente en la redes sociales se indigna hoy ante la presunta salida de Carmen Aristegui por motivos de lo que denominan "censura" y un "atentado contra la libertad de expresión" del espacio que tenía en MVS Radio por las mañanas. Rasgarse las vestiduras es una labor que a mis ojos resulta poco creíble.
Los medios se constituyen en tribunales especiales, como esos que la Constitución prohíbe y antes de que se desahogue prueba alguna cambian vidas. Generan mundos y universos paralelos en los que la imaginación y el marketing publicitario deben prevalecer por encima de una profunda y ética labor periodística. ¿Cuántos casos no conocemos en los que ha habido linchamiento público mediático y posteriormente las instituciones de este país han decidido la inexistencia de responsabilidad para aquellos que por ser tratados como culpables por los medios, a los ojos de la sociedad se convierten en eso?
Y es que este es el mundo del revés si ahora resulta que antes de exhibirse prueba alguna por la parte acusadora, el imputado debe defenderse y se le deben pedir explicaciones por haber incurrido (ya no presuntamente) en tal o cual conducta. ¿Eso es comunicar? ¿Informar? En nada abona seguir un juego mediático a los irresponsables. "No andes con insensatos que sólo te han de conducir a la insensatez." Y es que no podemos alegar siquiera inexperiencia de la señora Aristegui o falta de conocimiento respecto de los métodos mínimos y razonables que son indispensables antes de irse de boca a cuestionar sin ton ni son o a tontas y locas. No hay tal cosa como una inocencia aquí sino una voluntad deliberada de pseudo inmolarse con cuestionamientos irreverentes (que no audaces) a la envestidura presidencial surgidos del más sucio de los nidos, el señor Fernández Noroña y su camarilla de ruidosos insensatos.
Pero vayamos más allá, hagamos el ejercicio en el que suponiendo sin conceder, se quisiera cuestionar determinado aspecto de la vida privada de cualquier persona pública. ¿No he escuchado a nadie molesto por el cuestionamiento en torno a situaciones y contextos personales? Y es que somos contradictorios, nos alimentamos de rumores y percepciones infundadas. Somos el pueblo que reconoce que antes no se hacía lo que hoy en materia de lucha contra el crimen pero simultáneamente se siente más inseguro que antes que no se hacía nada. Mucho se puede elucubrar en torno a los motivos para que Carmen Aristegui haya salido de MVS Radio. Poco sensato en cualquier caso, me parece cuestionar a la víctima de una infamia dicha en público para que manifieste algo en su defensa cuando es el agresor a quien se debe exigir que pruebe su dicho en todo caso; máxime, porque tras la desmedida y excesiva conducta que ha observado el agresor, no es su sobriedad la que parece ponerse por él mismo en duda, sino su razón.