julio 12, 2017

De la Indiferencia o las fronteras invisibles



En general, solemos hablar de fronteras como límites entre Estados nacionales y asociamos tal idea a temas migratorios y cuestiones internacionales.

Sin embargo, hay otro tipo de fronteras que existen no sólo en lo formal sino también, en lo material. Estas fronteras, son aprovechadas por grupos delincuenciales para incurrir en todo tipo de ilícitos, en razón de los vacíos e indefiniciones jurisdiccionales que tales zonas geográficas representan. Son fronteras que parecieran invisibles pero que se reconocen en divisiones políticas, mapas; ah, y claro, en temas electorales, pero no más.

Se resguardan para evitar el "efecto cucaracha" pero muchas veces, en la práctica cotidiana, son relegadas por las autoridades municipales y estatales, encargadas de ejercer las labores de policía, vigilancia y seguridad pública.

El estado de Guanajuato ha cobrado relevancia por muy tristes motivos en meses recientes. Muertes, ejecuciones, delitos graves que se cometen a diario y a toda hora. En Querétaro, la muerte de abogados y empresarios por vía de ejecuciones, ha sumado a este estado otrora considerado insular por lo que hace a este tipo de delitos, a una nada honrosa pero extensa lista de entidades federativas que padecen bajo el yugo criminal.

El problema, radica en que las autoridades municipales se encuentran más ocupadas tomándose la foto, promoviéndose (con spots de radio con la leyenda me parece que al menos cuestionable en su legalidad al decir "Alcalde que cumple" justo tras decir que el programa es público y que no puede ser usado para fines políticos?!?!?!), buscando el espacio y el reflector que los ubique en la mente de la gente, rumbo a una elección que ya comenzó.

El problema, es que los operativos para blindar el estado de Querétaro de la llegada de grupos criminales provenientes de Guanajuato, se dan en vías primarias de acceso carretero pero no en estas zonas fronterizas interestatales que describo. Apaseo el Grande por ejemplo, en los límites entre Guanajuato y Querétaro, se confunde así con Obrajuelos y Tlacote en la interacción social porque los límites de los estados en mención, no se comunican sólo por carreteras federales y concesionadas. Es absurdo pensarlo así de hecho.

La veredas son preferidas, conocidas y sirven mejor al ocultamiento de quienes tratan de eludir la acción de la justicia de un estado refugiándose en el otro. Los criminales son delincuentes, no incapaces para captar lo que la autoridad hace o va a hacer. Entre Guanajuato y Querétaro, operan bandas de criminales.

Homicidios, robos a casa habitación, violencia y miedo se hacen sentir entre ambos estados. Pero las autoridades, prefieren ensalzar sus aparentes triunfos cuando las fronteras de las demarcaciones que gobiernan en realidad les son invisibles. No cuentan, salvo que se trate de jalar agua para su molino, para hacerse de adeptos, simpatizantes y así, de eventuales votantes. Fuera de eso, ni por error se ve una patrulla por las noches en esa zona. La gente, está a la merced de los delincuentes.

Lo peor, es que el miedo de la gente y ante la desconfianza que hay en las autoridades, se pueda transformar en acción que no necesariamente se encuentre en el marco de la ley. A la gente, ya cansada, se le oye hablar de usar armas que posee para "cazar a las ratas" o dicho de modo técnico, para hacerse justicia por propia mano. Esa sin embargo, no es una organización que queremos ver en nuestro entorno o para el de nuestros hijos.

Así que sigan en sus actos de gobierno, sigan buscando el podio y el reflector y pretendiendo cumplir.

El linchamiento acaecido en Tláhuac, Ciudad de México y otros de tiempos más recientes en otras locaciones, no se ven ya tan lejanos en estas fronteras que prefieren Ustedes, Señores Gobernantes, considerar invisibles y a cuyos ciudadanos casi siempre, omiten oír.

Ojalá no ocurra una tragedia, porque flaco cumplimiento se podrá presumir así.