Un espacio para la reflexión social plural, para el ejercicio de la tolerancia y el diálogo. "There are no countries, there are only people."
mayo 23, 2014
De Magistrados, Consejeros y anfitriones
Es sin duda una pena que la gente pierda no sólo la razón sino también, la razonabilidad.
La situación se agrava cuando ello ocurre entre los "controladores." Aquellos que por algún motivo (que cada vez pareciera más cuestionable), llegaron a obtener una posición en los órganos depositarios y encargados de garantizar la normalidad democrática entendida no sólo como principio.
La materialidad de la democracia no se colma con abusos, con el unilateral cambio de reglas "porque se puede." Porque a fin de cuentas, se encuentran en la cima de la cadena alimenticia en la pequeña pirámide del sistema al que pertenecen. Porque son los de arriba, ... en perjuicio de los de siempre. De aquellos que no tuvieron y tampoco tendrán el compadrazgo oportuno del político en turno o la "gracia" de aquél de quien se sabe demasiado y a quien se le pueden cobrar favores con cargos para seguir "trabajando juntos".
Y es que para decirlo breve, me insultan sobremanera los recientes hechos consistentes en: (i) la tentativa de saqueo por parte del grupúsculo de integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a través de su pretendida "pensión vitalicia" que por fortuna (y quizá encima de todo, quieran que les agradezcamos), desdeñaron finalmente con un tono de insultante magnanimidad de "al cabo ni la queríamos"; y (ii) la liquidación que se autorizaron los Consejeros Electorales del Instituto Electoral del Distrito Federal en razón de que como ya se van, pues consideran que la sociedad les debe ese dinero tras cobrar sueldos bastante decorosos (y cuya cuantía no objeto en forma alguna en razón de la responsabilidad e independencia correlativas a los cargos que ejercen).
Posiblemente, mi intento es tan sólo el de llamar la atención precisamente sobre ello. Si se revisan los sueldos de servidores públicos como los mencionados y se comparan con los de la media nacional no hay siquiera forma de comparar. No hablemos de los datos que salen de la norma o media nacional porque las diferencias, si se viesen en términos absolutos, serían a todas luces insultantes.
Ahora bien, sumemos a ello, los bonos electorales que pesos más o menos, importan en proceso electoral un acumulado de ocho a nueve meses adicionales de sueldo en el año de que se trate (cada tres años), el aguinaldo estrictamente legal, el bono de fin de año (o sobre la compensación garantizada), los gastos de representación, chofer, auto institucional, gasolina, seguro de gastos médicos mayores, fondo de separación individualizada, ... El ejercicio de comparación se vuelve entonces, demencial.
Pero si es demencial lo anterior, a decir verdad no encuentro forma de llamar al hecho de que tras todo ello durante el período que les haya durado el cargo, pretendan no sólo obtener una liquidación con carácter extraordinario (porque eso es lo que en ambos casos de facto se materializaría o habría materializado), sino que se modifiquen, adicionen o generen disposiciones normativas para hacerlo y dar la impresión de que hubo un procedimiento legal respaldando tales abusos.
¿Por qué?
En el discurso pseudoinstitucional: Porque se puede y las facultades dan para ello, porque las economías para el pago de tales recursos existen derivados de tal o cual cosa que se hizo o dejó de hacer, porque hay un espacio de margen en la norma que permite que se interprete en tal sentido o simplemente porque la ambición, les hace creer que son dueños y hasta acreedores de tales recursos que la sociedad les debe.
Mi padre, cuando era niño, en una ocasión me vio jugando y desperdiciando agua. Me dijo que a la siguiente vez que me viese hacer eso, me llevaría a algún lugar en el que no hubiese agua corriente y la gente debe caminar por largo tiempo para acarrearla; tan sólo, para que le explicara a la gente de dicho lugar por qué yo la desperdiciaba y decirles que a mí, no me importaban sus carencias. Me hizo imaginar lo que me dirían y cómo me intentaría inútilmente justificar.
Tal escenario mental, me ha acompañado toda mi vida y me ha hecho pensar en estos últimos días en que quizá, debamos llevar a magistrados y consejeros (actuales y los recién nombrados) a alguno de los innumerables lugares marginados de nuestro país; a algún hogar de esos que viven con dos o tres salarios mínimos y a pesar de ello, pujan por sacar sus vidas y a sus hijos adelante; a cultivos de los tantos en los que la gente no puede vivir siquiera al día, ...
Después quizá, podríamos darle la información y los datos relevantes para efectos de nuestro ejercicio, a los anfitriones de nuestros magistrados y consejeros con el fin de tratar de registrar de algún modo o documentar los intentos de justificación que estos insensatos usarían. Cualquier similitud con "La Plaza" de Luis Spota, no es mera coincidencia.
¿Es esta es la nueva institucionalidad democrática mexicana producto de una reforma política presuntamente profunda?
No, a mí me parece tan sólo una prueba más de que el año de Hidalgo en México, no se olvida.
Revolución Mexicana mental ya!!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)