Tiene más de un mes que no alimento este blog con más entradas. Y es que entre las ocupaciones diarias a veces no encuentro la disciplina para asomarme por esta breve ventana al ciberespacio. Además, debo reconocer que vivir en México a veces me confunde y me hace en más de un sentido, pensar en un circo inmenso de múltiples pistas... Todo mundo al mismo tiempo viendo nada.
Tras larga ausencia quizá podría vaciarme en líneas relativas al así llamado por los medios, "beso del diablo" que la Maestra dio al Jefe de Gobierno capitalino. Podría encontrar fértil campo para labrar en torno a las eternas disputas partidistas o sumarme a los cuestionamientos contra el maltrecho IFE cuyo Consejero Presidente niega vehementemente que haya crisis en la institución otrora más prestigiada del país a pesar de que carece de tres de sus miembros en violación a la Constitución y la ley electoral vigente, amén de estar secuestrada de facto por la incidencia de los institutos políticos.
Mucho se podría teorizar y se teoriza en torno a la idoneidad de los candidatos o suspirantes de tal o cual color, en torno a los fenómenos políticos de la actualidad mexicana y sus diversos actores, lo cierto es que la mente se ausenta del hoy por vivir en la ansiedad pre electoral. ¿Y el hoy? Lo hemos relegado y con ello a nosotros mismos.
Podría en efecto, tratar de exponer un par de párrafos en torno a esos o muchos otros temas que ruedan en mi cabeza pero quizá sólo deba decir que me preocupa mi país y la que siento como mi gente, que no deseo perder la fe en él a pesar de la adversidad. Quizá, sólo quiero decir que volteo a mi alrededor y no encuentro mucho más que decisiones, posiciones y ambiciones protagónicas y partisanas que en muchas ocasiones ignoran por completo al otro de un modo deliberado y doloso. Veo un marco institucional que no es acorde ni está alineado con lo que hacemos o queremos hacer o ser. Una caja de herramientas que no sirve para reparar el México del hoy y grupos que se niegan a adquirir o crear nuevas, porque "no vaya a ser que destaque mi adversario." Y en medio, veo una sociedad que no encuentra pero ya exige los canales para presionar y hasta ejercer por sí las decisiones, cansada de esperar pero creo que con pocas posibilidades (al menos en el muy corto plazo y espero equivocarme) de cambiar tal situación de un modo efectivo y cabal.
Las crisis políticas suelen ser motor de cambios profundos. Ojalá no se nos vayan más generaciones sacrificadas por la parsimonia, la ceguera y el fútil empecinamiento que nubla las mentes de quienes tienen el mandato de servir intereses más altos que sus declaraciones de principios y plataformas. Ojalá, se asuman a sí mismos y nos asumieran como actores y no como engranes.